
Como su tocayo Ryan Gosling, Reynolds es canadiense y de extracción social humilde. Su padre tenía una tienda de alimentación y llegó a ser boxeador semiprofesional. Es el pequeño de cuatro hermanos. Comenzó haciendo papelitos en la tele (salió en algún capítulo de Expediente X) pero el trabajo que afianzó su carrera en Hollywood fue el personaje de Deadpool en X-Men Origins: Wolverine junto a Hugh Jackman como temible Lobezno.
En España se hizo célebre por la película de Rodrigo Cortés Buried, claustrofóbico thriller en el que Ryan Reynolds ejercía de protagonista absoluto: interpretaba a un estadounidense al que la resistencia iraquí enterraba vivo en un ataúd. El único actor en pantalla era él.
Ryan Reynolds salió entre 2002 y 2007 con la cantante Alanis Morrissette. Comenzaron a planear su boda hacia 2004 pero los planes se alargaron mucho y ninguno de los dos encontraba el momento de dar el paso, así que finalmente la relación se enfrió y concluyó.
Sí se casó con Scarlett Johansson. En mayo de 2008 concretamente. En 2010 se divorciaron.
Tuvo un par de años locos en los que se le atribuyeron diversos líos con compañeras del mundillo hollywoodiense: Sandra Bullock, Agnes Fisher y Charlize Theron, según algunas informaciones, cayeron en sus brazos.
Pero Ryan es un chico formal al que eso del matrimonio le gusta. Tanto que volvió a casarse en 2012. Esta vez con Blake Lively.