El terrible embarazo de Kim Kardashian

Quedarse embarazada por segunda vez era uno de sus sueños más anhelados. Kim y Kanye estaban empeñados en ir a por la parejita y se pusieron a ello con mucha dedicación (y ayuda de la fecundación in vitro).
No obstante, escuchando a la celebrity últimamente, cualquiera lo diría. A unas semanas de dar a luz, y después de unos días en los que no ha parado de quejarse de los inconvenientes derivados de su estado, lo último que ha revelado en su página web es que el niño viene de nalgas: "Lo que más me preocupa últimamente es que mi bebé aún no se ha dado la vuelta, lo cual significa que está en posición errónea para un parto natural".
Kim está tan angustiada que ha decidido recurrir a expertos para evitar la cesárea: “Como mi bebé es bastante grande (pesa unos tres kilos) puede que ya sea demasiado tarde, pero he empezado a trabajar con un quiropráctico, el doctor Elliot Berlin. Es el quiropráctico de las embarazadas. He aprendido un montón después de unas sesiones con él. He estado haciendo de todo lo posible para que el bebé se dé la vuelta. Tengo que permanecer colgada bocabajo quince minutos tres veces al día. Escucho música en la posición adecuada y me pongo hielo en puntos concretos de mi barriga para que se gire. También he empezado a hacer acupuntura”.
No obstante, ella asegura que si se trata de una emergencia y por la seguridad de su bebé, se hará finalmente la cesárea.
Kim odia estar embarazada
Y ya lo confesaba ella hace unos días a los medios de Estados Unidos: odia estar embarazada. Literalmente.
“Estar embarazada no es para mí. He escuchado historias sobre lo alucinante de estar embarazada, o eso me han dicho mi madre y Kourtney, pero no me voy a sentar aquí a decir eso. Es horrible”, eran sus palabras.
Y es que si con North engordó veinticuatro kilos, con el pequeño que viene en camino ya son veinticinco (y todavía le quedan unas semanas). Eso sí, ella no se está privando de nada a la hora de visitar la nevera: "He comenzado a comer de todo lo que quiero. Volveré a mi peso. Me gusta ese reto", confiesa.
Por otro lado, lo que sí tiene claro es que, después de tanto sufrimiento, se merece una señora gargantilla de diamantes. Y más concretamente de la firma Lorraine Schwartz. Kim asegura que es una práctica que se ha puesto muy de moda entre sus amigas y no está dispuesta a quedarse sin su regalito.
Lo justifica diciendo que "tras nueve meses de embarazo, es dulce recibir algo”.”Nosotras pasamos el embarazo llevando al niño en nuestro interior y creo que tenemos que demostrar lo alucinante que somos de alguna forma”.
En ese caso, hasta pasar por una cesárea se hace más llevadero. Aunque confiamos, como ella desea, que el niño se porte bien y se dé la vuelta de aquí a que llegue el momento de dar a luz.
Fotos: Gtres e Instagram