Besos para todos (y hasta algún mordisco): los mejores momentos de los Emmy

Quien diga que una gala de entrega de premios es aburrida, es porque nunca ha ido a los Emmy. No hay más que ver lo bien que se lo pasaron Woody Harrelson y Matthew McCounaghey. Y eso que ambos se quedaron sin premio por su excepcional actuación en True Detective. , ellos lo sabían y se lo tomaron de la mejor manera, con una sonrisa. Como tiene que ser.
Además, quién necesita un Emmy cuando hay amor. Que se lo digan al no paró de regalárselos a su recién estrenada esposa, la modelo Behati Prinsloo.
Aunque si hablamos de amor, es imposible no mencionar a Aaron Paul y Lauren Parsekian. El eterno Jesse Pinkman y su chica son el amor personificado y no tienen reparo en demostrarlo donde sea. Redes Sociales, Central Park o, como ayer, en la gala de los Emmy. Cupido puede estar orgulloso, con estos dos hizo un trabajo perfecto.
Bryan Cranston, el Conquistador
Y, las cosas como son, tampoco actuó mal el Dios del Amor con Bryan Cranston. Eso sí, al actor le tiró demasiadas flechas, y así ha pasado... ¡tiene amor para dar y regalar! Para empezar, el mítico Walter White frenó en seco a Julia Louis-Dreyfus, cuando ésta iba a recoger su Emmy, y le plantó un besazo de película. Bigotillo clásico incluido.
Una vez concluida la gala, Bryan subió la apuesta y se fue, ni más ni menos, que a por la Novia de América. El protagonista de la noche y la reina del baile (por hacer la comparativa escolar) se fundieron en otro besazo digno de Oscar.
Punto, set, partido y Emmy para Bryan Cranston que fue el auténtico triunfador de la velada.
No sin mi Emmy
Tanto amor, tanto beso y tanta pasión, agotan a cualquiera. No es de extrañar que Julia Roberts se tomara un descanso en la zona relax del Teatro Nokia de Los Ángeles. Eso sí, con su Emmy bien cerquita... por si las moscas.
Y es que conseguir una estatuilla televisiva no es tarea fácil, por lo que tenerla vigilada es vital. Y, sobre todo, una vez conseguida, asegurarse que no es falsa, ¿verdad Mark Ruffalo?
Por si no lo tiene claro, Matt Bomer le cubre las espaldas. Todo un experto en falsificaciones, gracias a su papel de Neal Caffrey en Ladrón de Guante Blanco.
Malas pero buenas
Pero, ¿quién podría intentar colocar un Emmy falso? En realidad, son muchos los candidatos o, en este caso, candidatas. La primera de todas, Lena Headey. Cierto es que la actriz es un amor, pero su personaje en Juego de Tronos, Cersei Lannister, sería capaz de cualquier cosa por un Emmy. Si a ello le añades esa mirada pícara, que enamora y distrae a partes iguales, pues cualquiera se fía. Eso sí, seguro que Lena sólo toma la estatuilla para hacerse un selfie y subirlo a Instagram, para luego devolverla. En el fondo es un encanto.
Algo parecido le pasa a Robin Wright con su alter ego televisivo, Claire Underwood. La pareja de Kevin Spacey en House of cards se ha destapado como una de las malas más malas de la televisión actual. Quién diría que esta misma actriz fue la dulce Princesa Prometida. Además, con lo que ha aprendido Laverne Cox en el rodaje de Orange is the new black, ¿quién dice que no estén tramando algo? Eso sí, sea lo que sea, elegancia les sobra.
De hecho, viendo la cara que puso Julia Louis-Dreyfus, pareciera que ella fuera el objetivo. No es para menos, la actriz tiene ya cinco Emmys en su casa y no son pocos los que pensarán: pues podría repartir. Pero no parece que Julia esté por la labor, con lo que cuesta ganarlos.
Al final, como dijo aquel, cada mochuelo se fue a su olivo, con o sin Emmy, pero con la sensación de haber pasado una gran noche entre amigos, compañeros y besos... muchos besos.
Fotos: Gtres