Tartas, estatuas de cera y cuadros fallidos: los peores homenajes
Este miércoles nos despertábamos con la noticia de que una pastelera británica bautizada como Lara Marson había dedicado 30 horas de su vida para esculpir una tarta a modo de estatua del pequeño príncipe Jorge. Y aunque nadie ha dudado de la buena predisposición de la artesana, es cierto que el resultado no parece que haya sido el esperado. Demasiado pálido, con una de las piernas como si fuera ortopédica y una expresión facial de absoluto terror, el niño comestible era bastante menos agradable que el real. Aunque no es este caso el único entre los famosos que, al ser homenajeados a través de la reproducción de su físico, han sufrido una verdadera vergüenza al observar su otro yo.
Uno de los caldos de cultivo de estas desastrosas situaciones son los museos de cera, que, aunque cuentan con grandes profesionales de la escultura de este material, a veces culminan obras que son populares porque generan en el espectador miedo, susto, sorpresa, risa, temor, pesadillas o ataques de nervios. En España, el gran ejemplo es la estatua de cera que le dedicaron a Fernando Alonso, el exitoso piloto ovetense de Fórmula 1. La idea era esculpirle celebrando un título y la consecuencia fue que parece que se le ha tallado mientras le acuchillaban por la espalda, por lo que fue retirada al poco tiempo de exponerse.
Otro gran ejemplo es el de Catalina de Cambridge, Kate Middleton en su soltería; pues la flamante esposa de Guillermo de Inglaterra tiene en su colección de reproducciones de su persona una en la que parece varias mujeres de las que ninguna serían ella. Con una blusa morada de, eso sí, generoso escote, quizá se equivocaron de fotografía al crearla.
Siguiendo con la familia real británica, Isabel II también puede presumir de tener una estatua en la que no se parece. De hecho, la creación en cera de su figura puede ser la de cualquier mujer de pelo rizado entre los 60 y los 80 años, nada que ver con los rasgos reales (nunca mejor dicho) del citado personaje.
La actriz Julia Roberts en su momento fue homenajeada con una figura vestida en traje de chaqueta, pelo liso moreno y un único detalle por la que se la podría identificar: la boca grande. Es cierto que Julia va sobrada de abertura bucal pero centrarte solo en eso para construir a su homóloga es un gran error.
Tatuaje zombie
En el mundo de las estatuas de cera el que ha salido ganando, a pesar de que la cosa no es perfecta, es el desaparecido Michael Jackson. Este tiene logrado el tono blanquísimo de la piel y los retoques estéticos hechos a espátula con habilidad del bisturí.
Fuera del mundo de la estatua de cera, cabe destacar el universo del tatuaje y de ahí el gran trabajo que se realizó sobre las costillas de un joven que quería tener a Miley Cyrus siempre con él. Y la tiene, y la tendrá, solo que convertida en una suerte de humana mordida por un zombie.
Finalmente, en la pintura hay que dejar bien alto el pabellón y por eso traemos el bello retrato de la familia real danesa que vio la luz en 2013. La prensa del país lo observó, meditó sobre él y finalmente concluyó que parecía el póster de una película de terror. Razón, que su autor no se ofenda, no les faltaba.
Fotos: Twitter, Instagram.